martes, 27 de noviembre de 2007

el baile de las mascaras

hace años agobiado por la imagen que proyectaba y de las apariencias decidí cortar el contacto con la gente, hasta poder recuperar lo que creia que era yo. Supongo que a todos nos pasa en algun momento. esto fue lo que salió entonces, cuando aun tenía imagen.

En esta fiesta de mascaras, yo también me disfrazo

y a veces también me vendo, apenas por una sonrisa

En esta alegre fiesta, yo también sonrío

también salto y bailo, a veces por una caricia

En esta fiesta, yo estoy de incognito

nadie sabe bien quien soy, a veces yo tampoco se

He perdido mi identidad, me oculto incluso de mí

yo tampoco quiero ver mi tristeza, la fealdad también me asusta

En esta alegre fiesta, todo parece de mentira

y ya tampoco se, si es tan malo mentir

En esta alegre fiesta, a veces quiero llorar

y odio mi delicadeza, por no querer importunar

Cuando me voy de esta fiesta, me miro hacia adentro

me siento confundido, no se si aun llevo mascaras

Uno se acostumbra, todo parece tan común

se pierde hasta el asombro, se pierde la apariencia

Me confundo con el mundo, soy tan solo uno más.

lunes, 5 de noviembre de 2007

felicidad..¡ a la mierda! FELICiDAD

felicidad sólo quiero felicidad
ser feliz de verdad
de vivir la violencia perfecta
felicidad ya no basta felicidad
ahora quiero dañar
ahora quiero ser más peligroso que los demás
y sentir la felicidad
de quebrarle los platos
de quebrarle los vidrios
al café naturista del patio.

me gusta el mal me seduce ser criminal
y el atractivo sexual
que me otorga ir en contra de la sociedad
y sentir la felicidad
de brindarle un piedrazo
derramar una piedra en el ojo derecho de un paco
y salir arrancando y llegar a la casa angustiado
y rezar en silencio y pedirle al señor un milagro.

y sentir la felicidad de sentirse borracho
de perder la decencia de perder la vergüenza y el tacto
y romperse las manos por romperle los huesos a un santo
y sacarse la rabia con la gente que tienes a mano
y romperse las manos por romperle los dientes a Castro
y reírse en las caras de la gente que gusta del saxo.

Esto es del maestro Christian Fiebre, en mi honor