No, no quería que me odiaras; ni siquiera quería que me dejaras de querer. La vida ya era difícil antes, pero sin ti es imposible y a ratos es realmente insufrible. No me gusta estar así, tranquilo, sabiendo que de un momento a otro mi ánimo cambia por un recuerdo inoportuno que atraviesa mi cabeza. No, no me gusta soñarte y no querer despertar para quedarme contigo o peor aún, seguir soñando para no quedarme con el pecho apretado, con la garganta anudada y esa sensación que confirma que no estoy realmente muerto, que aun duele, tanto como al principio. Aquel vacío en el lugar donde antes estabas tú, no se llena, se queda, se coagula y se pudre, estancándose como un puñal en la herida que se resiste a cicatrizar. Así vivo, tan oscuramente iluminado, que no es vida, que es muerte en vida, que no soy mas que un hombre muerto.
martes, 19 de agosto de 2008
hombre muerto
Suscribirse a:
Entradas (Atom)