parece que estaba atorado...la gente común piensa que estar muerto es fácil y aunque yo no sea gente, ni común, debo admitir que si, estar muerto es fácil. Es tan fácil que llega a ser aburrido. Hay gente que piensa que si pudiera ver por la ventana de su casa, podría ver cosas interesantes. Yo francamente prefiero obviar esa oportunidad de hacerlo. Prefiero ver televisión, incluso ver una telenovela. Lo bueno de la televisión a diferencia de la vida real, es precisamente eso. No es real. Los problemas se soluciona en 30 o 45 minutos. En la vida real eso no pasa. Por ejemplo, en la vida real tu te puedes pelear con tu pareja y sin siquiera saber porqué. En la vida real los malentendidos no son graciosos, al menos no siempre. Voy a hablar de las mujeres, claro si soy (era) hombre. Tú les puedes preguntar que les pasa y siempre te dirán nada, la primera vez de buena manera pero a la tercera que le preguntes ya te gritarán, eso es seguro. Las mujeres no nos entienden y creen que preguntamos solo por preguntar y eso no es cierto. No es grato verle la cara larga a alguien que se supone que te importa. Lo general es que uno sospecha porque están molestas, pero uno quiere que te lo digan, es importante. Es símbolo de confianza, es símbolo de que de alguna forma le interesa solucionar el problema. Pero no, nunca contestan y ni te dicen el porqué y lo que es peor, si no les preguntas, de seguro que te dirán que no te importa lo que le pasa. Claro también uno podría preguntar si están enojada por aquello que sospechamos, pero eso es estúpido y peligroso, que pasa si no es por eso y lo que hicimos fue apagar el fuego con bencina. Algunas veces en mis relaciones me sentí como estar en un sitcom: el típico hombre sarcástico con la chica inteligente pero histérica. Para mis amigos esto podía ser gracioso y se divertían bastante con nuestras personalidades, pero en realidad para mi también lo era, pero a veces era francamente agotador y los 45 minutos no pasan nunca. Echo de menos estar vivo, y hay muchas otras cosas, especialmente el contacto físico y emocional, que echo mucho de menos, pero hay otras cosas que no. Prefiero ver televisión a ver la realidad de muchos. Es cierto que hay alegrías que no tienen precio, pero el dolor que te causa la realidad a veces puede ser fatal. Yo no soy un buen ejemplo para nadie, matarme tampoco fue una buena opción. Creo que la televisión me da la oportunidad de mirarme reflejado en ella, en alguno que otro personaje, a veces me daba la oportunidad de llorar y muchas veces de reír, otras tantas inclusive me dejaba pensando. Pero en fin , ni siquiera los noticiarios son reales y eso te da un regalo que la vida real muchas veces te quita: la posibilidad de hacerte el tonto y seguir adelante. Si no te gusta siempre queda la opción de cambiar de canal o simplemente apagarla e irte a dormir...otra cosa no menor es que puedes ir al baño en la publicidad