miércoles, 31 de octubre de 2007

otro dias mas, pero distinto

"Me estoy poniendo latero, creo que estoy madurando...mieeeerda ¡eso no se hace!. Así que decidí mirar a mi interior (metafóricamente de lo contrario no habría visto nada) y encontré a al niño que llevo dentro, bueno en realidad encontré a un adolescente espinilludo y manfiflero, caliente pero hueonsito. Y me fui a vagar por las calles en busca de aventuras. ¿Por que he de estar triste si después de todo puedo hacer cosas que antes no podía?, otra cosa es que no reciba el crédito, pero ¡que importa!. Bueno si algo también hecho de menos es el sexo´así que a por el.

En mis discusiones sobre infidelidad, siempre decía que yo, no podría serlo porque si lo fuera, habría un sentimiento de por medio, simple difícilmente yo me habría podido tirar (fornicar) a alguien que viniera recién conociendo. Claro no era ningún adonis y mi don era el de la palabra, entonces para convertir y encestar en la red, tenía que empezar desde abajo (que metáfora mas mula, tenía que tramitar).

El caso es que salí a la calle buscando un huésped para tener sexo, obviamente tenía que estar deprimido, pero además ser guapo, no fue tarea fácil, pero lo encontré entonces el segundo paso era buscar un lugar para conocer a alguien, pensé en un funeral, un matrimonio (como en esa película), pero al final fui a un bar. En general las minas de bar no son mi tipo, pero el objetivo es fornicar y el fin justifica los miedos.

En esta parte voy a hablar un poco de mi huésped, lo encontré en el lugar mas obvio, saliendo de una consulta siquiátrica. El tipo es delgado, de tez blanca, ojos pardo y un cuerpo trabajado; viste bien, me agrada su ropa, aparentemente no tiene problemas económicos, tiene un auto moderno, el cual tendrá que dejar esta noche por que yo no se conducir. No todo fue tan fácil, tuve que seguirlo a su casa, esperar conocerlo un poco, asegurarme que tuviera dinero en lo bolsillos (tiene chequera, pero no se imitar su firma)- afortunadamente es principio de mes así que lo acompañé al cajero automático y descubrí su clave 3967..... Tiene un departamento en el centro de Santiago, bastante minimalista y ordenado, muy grato.

Esa noche me instalé en su cuerpo, al principio me sentí un poco raro, pero luego se pasó y todo bien, fui aun bar cercano a su departamento. Yo en general no bebo así que mamonamente me pedí un jugo de frambuesa. Me senté en una mesa cerca de la puerta, la vista que tenía desde ahí era panorámica. Hice como si estuviera esperando a alguien, miraba el reloj cada cierto tiempo. La oportunidad llegó, mesas mas allá había un grupo de mujeres, aparentemente un grupo de estudiantes en celo. Me miraron, a lo cual respondí con un sorbo a mi jugo, mientras las miraba. Me gustó una de ellas, era mi fantasía erótica. Morocha, cabello crespo afro que caía rebeldemente sobre sus hombros, un par de bonitos promontorios, pequeños, redondos que podrían caer perfectamente entre mi mano. ¡Uyyyyyy!, casi podía imaginarme ese cabello cayendo sobre mi cara, mientras su boca entre abierta gemía y...


...las cosas salieron como de costumbre. Ciertamente ahora soy mas guapo, pero hay cosas que simplemente no cambian...
La tipa de cabello crespo, resultó ser un amor, muy simpática para dejarla. Plan B, una de ellas resultó muy pícara (caliente) y francamente desagradable, muy agradable en términos físicos, uff ¡que culo!. No sabía bien como actuar, soy de los que llega a alguien a través de una conversación. Pero ahora no quiero conversar, quiero sexo, a lo bruto. Por eso elegí este cuerpo, no quiero un encuentro amoroso, quiero puro, liso y llano sexo.
Así empezamos a beber, la tipas me habla, me habla, me habla y yo, solo miro su boca y pienso en como hacerla callar. La mina es tonta, me habla de su vida, sus historia y de su perro. Yo no aguanto, la beso y sigo. Nos alejamos un rato, me dice que va al baño, por cierto no va sola. Supongo que este es el momento para arrepentirse, pero no es mi cuerpo el que voy a hacer pedazos. Vuelve, viene sonriendo, se pone tierna. Solo falta que le de por hablarme como guagua (Guaga es lo que vamos a jugar a hacer), que horror. Nos vamos a u rincón, estamos en la mesa con las demás. Definitivamente flirteo con la niña crespa. Mi mano por abajo de la mesa hurguetea, mientras "plan b", me besa marcando territorio.
Pasaron las horas y mi coso pedía a gritos acción. Digo mi coso, pero este no es mi coso, he tomado cualquier jugo y aun no voy al baño, han pasado como tres horas y todavía no lo conozco. El tamaño al parecer está bien, normal, parecido a lo que yo tenía, el calibre del arma siempre es importante, pero la manejabilidad es lo mas importante para mi. Estas observaciones no son cualquier cosa, es rara esta sensación. Uno se acostumbra a su coso, le coloca nombres, lo cuida, lo acaricia....bueno me preocupa que sea bonito, el mío si lo era, quizás lo más estético que tenia mi cuerpo, no exagero si digo que era una autentica obra de arte. Además yo era circuncidado, lo que además le daba una estética curiosa, yo gentilmente lo llamaba "el misil del amor", no por el tamaño, mas bien por la forma. Estaba tonificado y tenía buen color, lo que para mi resulta muy importante. No voy a hablar de otros penes, que son los que yo veía en pelis pornos, tremendas cuestione, pero con formas y colores francamente de mal gusto. Toda esta discusión eterna abrió mi curiosidad. Afortunadamente estaba bien, no era tan bonito como el mío, pero salva. No puedo evitar sentir un poco de asco, es como mirarle la cuestión a otro, guacccc.
Por fin nos vamos. La invito a mi casa. Acepta, era que no. El ascensor está malo, subimos por las escaleras de emergencia. Vivo en el piso cuatro. Ella va delante, está un poco ebria, pero bien. Tropieza y queda en aquella posición. Yo que estoy absolutamente lucido, me tropiezo encima de ella y dejo caer esta anatomía sobre ella. Es verano, la noche no es fría, estamos en el suelo, tocándonos, ansiosos y ardientes. Quiero tomar la iniciativa, pero ella me sorprende -es una zorra-, baja mi cierre, va directo. No me doy ni cuenta cuando lo engulle. ¡Ouuuuuuuuu yeaaaaaah!. Es extraño me es difícil controlarme, estoy ardiendo. Ella mueve su cabeza, juega con su lengua. Es increíble, he esperado tanto tiempo para esto. Esperé tanto tiempo, alguien que supiera hacerlo bien. Ella se mueve, se mueve y me estremece. Voy a eyacular si esto sigue así, tengo que detenerla. Lo saco, nos paramos. lo guardo un momento y mientras tanto yo empiezo a jugar. Mis manos se deslizan. No quiero desnudarla aún. Tiene un par de ricas tetas. Mis manos debajo de su blusa, su sostén por debajo. Mi pulgar circulando su pezón. Están rígidos. Su lengua en mi garganta. Mi otra mano baja, es delgada y no tengo necesidad de soltar el botón de su jeans. Tengo mi mano izquierda es sus calzones, las bajo lentamente. Tomo su bello y lo tiro suavemente. Llego al lugar y está todo mojado, saco la mano, veo el brillo y vuelvo. Encuentro un fácil acceso, introduzco un dedo. Luego otro. Los cruzo y los muevo, en movimientos cortos, que son los que me permiten su pantalón. Ella muerde mi oreja. Yo aprieto y pellizco sus pezones. Lame dentro de mi oreja. Yo reviento e introduzco mis dedos lo mas profundo que puedo. Un pequeño quejido de su voz. Saco mis dedos, acomodo mi mano. Coloco el pulgar en su clítoris, mientras logro meter tres de mis dedos. Mi pulgar gira en el sentido de las agujas del reloj, el resto de mis dedos se dejan llevar. Los quejidos aumentan. La tomo y la llevo hacia mi departamento. Nos besamos, la llevo entrelazada a mi cuerpo. Abro la puerta con una mano, mientras con la otra la tomo desde atrás de su pantalón. Mi mano en su culo, deslizándose hacia su vulva. Tomo y traslado el jugo de su sexo hacia atrás.
Soy vegetariano, pero hoy podría comer su carne y no bastaría para saciar mi apetito......

... " entramos, una mano en la manilla de la puerta y la otra dentro de su pantalón, dentro de su carne. Saco su blusa. Lindo sostén. Chao sostén. Mis manos aprietan y pulsan sus pechos. Mi lengua baja y gira al rededor de su pezón. Mi otra mano dentro, sintiendo la humedad y buscando el lugar para hacerla jadear. Lo encuentro, lo aprieto, lo acaricio, lo suelto y vuelvo hacerlo otra vez. Estoy muy caliente, me saco la camisa y la dejo jugar. Le saco los pantalones, me siento en el sofá, la giro para apreciar sus glúteos. A contra luz aprecio un triángulo entre sus piernas, un triángulo donde me quiero perder. Acaricio su culo, redondo y suave. No la dejo darse vuelta. Le digo que apoye sus manos en la mesa de centro. Queda frente a mí, de espaldas a mí. Sus calzones están mojados y creo que yo también. Muevo su calzón hacia un lado, veo su vulva abierta y jugosa. Meto mis dedos desde atrás, masajeo suavemente. Me saco los pantalones. Se quiere girar pero no la dejo. Introduzco mi miembro, me muevo, jadea, cambio de planes y lo saco. Me siento y lamo su jugo, meto mi lengua, corro su jugo y lo llevo hacia atrás. La siento y le abro las piernas, le saco el calzón, me arrodillo frente a su sexo. Cruzo los dedos y los meto, adentro los abro y vuelvo a cruzar, mientras los meto y los saco, cambiando y variando de velocidad. Con mí otra mano, masajeo su clítoris y mi lengua lame, succiono, suelta.
Ella gime y se sacude, casi me golpea la cabeza con la rodilla. Saco mis dedos de su interior y la penetro con mi sexo, nos abrazamos, sacudimos y cambiamos de posiciones. Pasa un rato y siento que voy a eyacular, lo saco, me quita el preservativo y engulle mi falo, le advierto que voy a eyacular, pero no le importa. Yo estoy a mil y a mí tampoco me importa, cierro los ojos y exploto de placer. Cuando abro los ojos tiene mi semen en todo su rostro. Yo no quiero que esto termine y mientras me recupero, vuelvo a su sexo. Ambos nos hacemos sexo oral, acostados y acomodados de la mejor forma posible, esta mojada y se sacude. Yo corro su jugo hacia su ano, me dice que no, pero sigo. La tengo muy caliente y sé que cederá, sigo la doy vuelta y le digo que se acueste de espaldas a mí. Froto mi pene entre sus nalgas. Sus pezones están erguidos, los pellizco y suelto. Mi otra mano en su sexo, la masturbo, de apoco siento la humedad entre sus nalgas. Está calienta y se sacude sobre mí. Hasta que dice metémelo. Le digo que no, no me convence pero ya lo haré. Gime, grita y parece que ya está lista. Sin darme cuenta se acomoda y se lo empieza meter, se sacude no pasa un minuto cuando gime realmente hasta que exhala, se detiene, se sale y se recuesta a mi lado. Estamos en el sofá, estamos el uno contra el otro. Me hace cariño, yo me dejo hacer. Se durmió, yo sonrío, fue muy grato. y luego también me duermo."