martes, 23 de junio de 2015
A pesar de todo el tiempo la idea sigue y permanece. Pienso que lo único que he hecho a sido buscar oportunidades. Algo que me aferre y que me ate a este pedazo de cielo. No funciona. No quiero lastimar a nadie y quiero se egoísta y pensar sólo en mí. Quiero que me olviden, que se acostumbren a mi ausencia. Quiero que mi cuerpo se haga cenizas. Quiero el dinero suficiente para volverme polvo. No quiero nada más. Lo quebrado, lo roto, no se parcha. La entretención no es una buena razón para quedarse. Marcar el ritmo de un mundo en el que no creo. Crear esperanza en seres humanos que me parecen de todo menos humano me llena de desilusión. El mundo está lleno de buenas personas buscando su bien. Yo no quiero esto.
sábado, 28 de marzo de 2015
Señales de vida
Acababa de escribir que agradable es la tecnología y esta mierda me borra el post. No es fácil postear estando muerto. No es fácil ser ingenioso con los títulos.
Como decía. pasan los días, los segundos y la vida continúa para aquellos que siguen vivos. La muerte, para mí continúa de la misma forma. Sin altibajos, sin grandes responsabilidades jaja. Ahora pienso que fue un buen momento para abortar el cuerpo. Antes de tener hijos o deudas por pagar. Igual, me parece cuestionable y egoísta (nótese la ironía) aquellos que tienen hijos y se suicidan. No sé sí los hijos son una razón para vivir, pero supongo que no se necesitan razones para hacer lo correcto. Asumo que lo correcto es darle un buen paseo por la vida a los que uno trajo al mundo. A esta altura ya tendría 30 y pico de años y creo que el cinismo se apodera de mí. De todas formas no me gustan los niños.
Antes del error tecnológico, escribía sobre que ahora me suelo alejar de los recuerdo y que evito yo solito abrirme las héridas. Aunque a veces lo vuelvo hacer y duele. Normal. Entonces me gusta ir al cine. Ver una película o dos o tres. En casi todos los cines tengo asientos favoritos de donde se puede ver mejor. Por cierto, odio las salas 3D. No puedo verlas y en vez de eso, tengo imágenes desenfocadas. Sí bien antes odiaba las cabritas en las películas por el ruido que hace la gente al comer, ahora trato de recordar el sabo o el aroma y no me sale. He ido olvidando los sabores, los olores, el tacto. Sino fuera por los colores creería que estoy muriendo. Muriendo en el sentido definitivo. Alguna vez creí que esto se llama purgatorio y que para salir de aquí era necesario el merito. Lo cierto es que renuncio al mérito. Esto no está tan mal y uno se acostumbra a todo, o casi todo.
Como decía. pasan los días, los segundos y la vida continúa para aquellos que siguen vivos. La muerte, para mí continúa de la misma forma. Sin altibajos, sin grandes responsabilidades jaja. Ahora pienso que fue un buen momento para abortar el cuerpo. Antes de tener hijos o deudas por pagar. Igual, me parece cuestionable y egoísta (nótese la ironía) aquellos que tienen hijos y se suicidan. No sé sí los hijos son una razón para vivir, pero supongo que no se necesitan razones para hacer lo correcto. Asumo que lo correcto es darle un buen paseo por la vida a los que uno trajo al mundo. A esta altura ya tendría 30 y pico de años y creo que el cinismo se apodera de mí. De todas formas no me gustan los niños.
Antes del error tecnológico, escribía sobre que ahora me suelo alejar de los recuerdo y que evito yo solito abrirme las héridas. Aunque a veces lo vuelvo hacer y duele. Normal. Entonces me gusta ir al cine. Ver una película o dos o tres. En casi todos los cines tengo asientos favoritos de donde se puede ver mejor. Por cierto, odio las salas 3D. No puedo verlas y en vez de eso, tengo imágenes desenfocadas. Sí bien antes odiaba las cabritas en las películas por el ruido que hace la gente al comer, ahora trato de recordar el sabo o el aroma y no me sale. He ido olvidando los sabores, los olores, el tacto. Sino fuera por los colores creería que estoy muriendo. Muriendo en el sentido definitivo. Alguna vez creí que esto se llama purgatorio y que para salir de aquí era necesario el merito. Lo cierto es que renuncio al mérito. Esto no está tan mal y uno se acostumbra a todo, o casi todo.
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