" me subí a una micro para ir a la casa de mi hermano, me senté junto a la ventana de uno de los asientos de atrás, la micro iba casi vacía, pero una señora con un niño de como nueve años vinieron hacia mi. El niño se sentó en mi asiento, sobre mí, lo que pasó a continuación fue muy extraño, me empecé a sentir mal, como nauseas, pero esta vez eran nauseas reales. Me sentí mareado, con ganas de vomitar, con el cuerpo raro. De pronto me di cuenta que lo que sentía era real, sentía como si tuviera cuerpo, tenía tacto, impresionante hasta que vomité, pero no fui yo el que vomitó, me encontré fuera del asiento, miré hacia el niño y estaba pálido, con una mancha de vomito a sus pies. Quedé estupefacto, fue muy desagradable la sensación de vomitar, pero por unos segundos pude sentirme vivo. Pobre niño recibió la peor parte, pero creo que sin querer me metí dentro de su cuerpo. No se que hacer ni como lo hice pero algo de mi está contento, muy contento."